Tu bandeja de entrada es el panel de control de todo lo que haces en línea, por lo que dejar que se llene de boletines informativos aleatorios, recibos y promociones del tipo «te echamos de menos» erosiona poco a poco tu concentración. La solución más rápida no es una limpieza heroica única, sino una rutina sencilla que puedes repetir siempre. Utiliza un alias de correo electrónico único para cada servicio, de modo que las fugas sean rastreables y la separación se mantenga limpia, configura acciones de «bloqueo» rápidas para los remitentes y dominios completos que se pasen de la raya, y canaliza el marketing genérico a una carpeta silenciosa utilizando un filtro inteligente de cancelación de suscripción. Esto mantiene los mensajes esenciales (alertas de seguridad, facturación, respuestas de asistencia) en primer plano, mientras que el resto aterriza donde tú quieras verlo. La ventaja adicional es la resiliencia: si un minorista o un foro se ve comprometido, no es necesario cambiar la dirección principal ni discutir con el servicio de asistencia; solo hay que retirar ese alias. Con unas pocas etiquetas y cinco minutos a la semana, la bandeja de entrada vuelve a ser predecible y los correos importantes dejan de quedar ocultos.
Crea alias por servicio que puedas clasificar y eliminar

Asigna a cada registro su propio alias para que puedas enrutar, buscar y revocar con precisión. Si tu buzón admite direcciones con signo más, utiliza algo como [email protected] para cada sitio; si tienes un dominio, crea una dirección genérica y crea direcciones cortas y fáciles de recordar, como maps@, gym@, registrar@. El valor se nota de inmediato: etiquetas el correo entrante por alias, agrupas los recibos o las notificaciones sin reglas complejas y detectas las fugas a simple vista: si «maps@» empieza a recibir spam de casinos, sabes exactamente qué dirección bloquear. Mantén un pequeño índice en tu gestor de contraseñas con el alias, el servicio y la etiqueta a la que se asigna. Para hogares o equipos compartidos, antepone iniciales a los alias para evitar colisiones y ver de un vistazo quién se ha registrado en qué. Cuando una dirección deja de funcionar, no pierdas tiempo dándote de baja repetidamente; simplemente desactiva o filtra ese alias. Tu dirección principal permanecerá intacta y evitarás la opción nuclear de cambiarla en todas partes.
Crea bloqueos rápidos que realmente se mantengan
El bloqueo debe ser un acto reflejo, no un proyecto de investigación. Cree un flujo de trabajo de un solo clic que envíe a los infractores persistentes a una etiqueta «Bloqueado» y los elimine automáticamente al cabo de unos días. Cuando vea una avalancha de spam procedente de un solo dominio, añada una regla para todo el dominio en lugar de ir eliminando uno por uno a los remitentes individuales. Para los servicios que se ocultan detrás de subdominios rotativos, filtre por características estables como el dominio Return-Path o cadenas comunes en el encabezado From. Combine el bloqueo con una lista de permisos ligera: los bancos, las nóminas, los registradores de dominios y las direcciones de asistencia en las que confía deben eludir las reglas agresivas para que no desaparezca nada importante. Revise sus reglas mensualmente para fusionar los duplicados y eliminar los que ya no necesite; unas reglas menos numerosas y más amplias son más fáciles de razonar. Por último, sea realista con respecto a «marcar como spam» frente a «bloquear»: si un remitente es legítimo pero irrelevante, bloquéelo o fíltrelo; si es malicioso o falso, entrene el filtro de spam para que el sistema le proteja automáticamente la próxima vez.
Filtros sencillos para darse de baja que protegen los recibos y las alertas

Los enlaces para darse de baja son útiles, pero hacer clic en cientos de ellos no lo es. Deja que tus filtros se encarguen de la clasificación. La mayoría de los correos promocionales llevan un encabezado «List-Unsubscribe» o una cadena obvia «unsubscribe»; utiliza esa señal para dirigir el marketing a una tranquila carpeta «Promo — Review» (Promociones — Revisar) para que tu bandeja de entrada principal se mantenga solo con señales. Protege lo esencial añadiendo un breve conjunto de reglas de lista blanca para recibos, restablecimientos de contraseñas, facturas y avisos de seguridad; estos siempre llegan a la bandeja principal. En el caso de los boletines informativos que realmente valora, fíjelos o márquelos con una estrella cuando lleguen por primera vez para que en adelante no pasen por el filtro promocional. Una vez a la semana, eche un vistazo a la carpeta promocional en busca de ofertas que le interesen y, a continuación, cancele la suscripción de los peores infractores; con el tiempo, el volumen disminuirá sin que se pierda nada importante. Si un remitente sigue reapareciendo después de darte de baja, añádelo a la lista de bloqueados o elimina el alias al que se dirige. El objetivo no es tener cero correos electrónicos, sino una bandeja de entrada predecible en la que los mensajes urgentes aparezcan al instante y todo lo demás espere educadamente.
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